La gran preocupación de mucha gente es que la moda artesanal les resulta cara.
¿Pero es realmente así? Existen grandes diferencias entre la moda artesanal y la moda industrial. La calidad es uno de los factores principales.
Cuando consumimos productos artesanales -a un precio medianamente justo- estamos pagando por un producto que lleva consigo un proceso de calidad detrás.
Hoy en día tenemos muchísima información de cómo se producen las prendas en las grandes industrias y esto nos lleva a una pregunta: ¿hasta qué punto es ética esta producción?. Efectivamente, no lo es. No es un secreto que estas marcas ganan mucho dinero a costa del trabajo precario de mujeres y niñes.
Por otra parte, la producción a gran escala provoca unos efectos medioambientales desastrosos. Habrás oído alguna vez que lo barato sale caro…Otra de las diferencias entre éstas es el trato con el cliente, la cercanía y la garantía de que se tendrá en cuenta tus necesidades y la posibilidad de prendas únicas y personalizadas.
Ésto en las multinacionales nunca se tendrá. ¿Cómo es que estás grandes empresas consiguen producir a precios tan bajos? Sencillo.
El género suele ser de baja calidad y lo consiguen a precios muy bajos. Ésto no sucede con la moda artesanal. En nuestro trabajo no hay intermediarios: buscamos el género, creamos, producimos y vendemos. Pero todo no son ganancias.
Cuando el consumidor paga por una prenda tenemos que restarle el precio general de los materiales, cuotas elevadas de autónomos, impuestos, facturas.
Apoyando a artesanas y pequeños comercios sabes a donde va tu dinero, sabes por lo que estás pagando y contribuyes a que sigamos trabajando en lo que nos gusta.